La lucha de Madrid contra el calor extremo: cómo Zurich está ayudando a mejorar la resiliencia climática de la ciudad

24 jul 2025
  • A medida que las olas de calor sin precedentes amenazan a ciudades de todo el mundo, Madrid está tomando ya cartas en el asunto.
  • Descubre cómo la capital española trabaja con Zurich Resilience Solutions para construir un futuro más fresco, seguro y resiliente para sus habitantes.

El 29 de mayo de 2025, España emitió sus primeras alertas por ola de calor del año, mucho antes de que el verano alcanzara su punto álgido. En Sevilla, las temperaturas se dispararon hasta los 40,6 °C, y durante los dos días siguientes, varias regiones del país registraron máximas por encima de los 40 °C.

Este tipo de calor extremo puede ser mortal. Cuando las temperaturas superan los 35 °C, el cuerpo humano puede tener dificultades para regular su temperatura interna. Esto puede provocar calambres por calor, agotamiento, golpes de calor y, en los casos más graves, la muerte. Según investigaciones científicas, el calor extremo causa casi 500.000 muertes al año, más que las inundaciones, los terremotos y los huracanes juntos.

Y no solo afecta a las personas. Muchas viviendas, escuelas, hospitales e infraestructuras esenciales —como las centrales eléctricas— no están diseñadas para soportar temperaturas tan altas durante periodos prolongados.

Madrid pasa a la acción para adaptarse al cambio climático

Conscientes de estos riesgos, el Ayuntamiento de Madrid ha convertido la adaptación al cambio climático en una de sus máximas prioridades. A través de su hoja de ruta “Madrid 360”, la ciudad está apostando por soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente al calor extremo. Esto incluye sustituir superficies duras por zonas verdes y parques; plantar más árboles en toda la ciudad; crear elementos de agua que refresquen el entorno; y aumentar el uso de aceras con sombra y materiales reflectantes en los edificios.

Sin embargo, dado que se prevé que las temperaturas sigan aumentando en las próximas décadas, Madrid tendrá que seguir evolucionando su estrategia de adaptación climática.

“El análisis de riesgos climáticos realizado por el Ayuntamiento de Madrid identificó las principales amenazas, desde la escasez de agua hasta la pérdida de biodiversidad. Pero descubrimos que el calor extremo es el que tiene mayor impacto”, afirma Juan Azcárate Luxán, Subdirector General de Energía y Cambio Climático del Ayuntamiento de Madrid. “Afecta directamente a la vida de las personas, especialmente a los grupos más vulnerables como los niños, los mayores y quienes trabajan al aire libre. Por eso empezamos a colaborar con Zurich Resilience Solutions: queríamos nuevas perspectivas para afrontar el problema del calor extremo.”

Zurich Resilience Solutions, la unidad global de consultoría de riesgos de Zurich, utiliza métodos basados en datos para ayudar al Ayuntamiento de Madrid a evaluar y medir su exposición al calor extremo, tanto a corto como a largo plazo.

En concreto, el Ayuntamiento pidió a Zurich Resilience Solutions que analizara el impacto en el alumnado y cómo hacer que los centros educativos sean más resilientes frente al calor. Las altas temperaturas pueden afectar al rendimiento académico, aumentar el absentismo y agravar problemas de salud en los niños. Aplicando su enfoque basado en sistemas, Zurich Resilience Solutions no solo evaluó los riesgos en las aulas, sino que también tuvo en cuenta cómo se desplazan los estudiantes al colegio y en qué zonas viven.

Comprendiendo el efecto isla de calor urbana

Una de las razones por las que Madrid es especialmente vulnerable es el efecto isla de calor urbana: un fenómeno por el cual las ciudades son más cálidas que las zonas rurales circundantes debido a la estructura urbana y al calor generado por los vehículos y otras fuentes. En el centro de Madrid, se han registrado temperaturas hasta 8,5 °C más altas que en áreas rurales cercanas.

“El centro de Madrid es muy denso”, explica Francisco Lisbona, responsable de Zurich Resilience Solutions en España. “Es un entorno altamente urbanizado, cubierto de hormigón y asfalto. Estos materiales absorben el calor durante el día y lo liberan lentamente cuando se pone el sol. Esto significa que la ciudad no tiene tregua frente al abrasador calor del verano. Pero con las estrategias adecuadas, podemos ayudar a que la ciudad se adapte y mejore la calidad de vida de sus habitantes”.

La experiencia de Madrid no es única. Más de 350 ciudades en todo el mundo, que albergan a 200 millones de personas, ya experimentan temperaturas veraniegas superiores a los 35 °C. Según un estudio de C40, para el año 2050 estas cifras podrían aumentar hasta alcanzar las 970 ciudades y 1.600 millones de personas.

Fortalecer la resiliencia urbana

¿Cuál es la solución? “La adaptación”, afirma Amar Rahman, responsable global de Zurich Resilience Solutions. “Las ciudades deben prepararse para las olas de calor y educar a la población sobre cómo protegerse. Las empresas tienen que adaptar los edificios y los horarios laborales para hacer frente a las altas temperaturas. Aunque reformar los edificios puede suponer un coste elevado, ayuda a aliviar la presión sobre las infraestructuras y protege tanto a las personas como a los trabajadores.”

No obstante, Rahman señala que lograr que una ciudad sea resiliente frente al calor es un reto complejo, ya que el calor extremo genera riesgos interconectados que afectan a servicios esenciales como la sanidad, el agua, la energía, el transporte y otros suministros básicos. “Los problemas que enfrenta Madrid son comunes a cientos de ciudades en todo el mundo, y cada vez son más difíciles de abordar. Es fundamental reunir a todos los actores implicados en la ciudad —incluidos los sectores de energía, transporte, educación, sanidad, turismo y otras áreas públicas—. Todos deben comprender los riesgos y asumir su parte de responsabilidad en la implementación de soluciones.”

Azcárate coincide: “La metodología de Zurich Resilience Solutions nos abrió los ojos. Su capacidad para analizar y conectar datos climáticos, espaciales y sociales nos ayudó a entender los riesgos en cascada que desencadena el calor extremo en la ciudad. Ahora podemos definir estos riesgos y sus impactos con mayor claridad, y diseñar soluciones más eficaces. La colaboración entre departamentos municipales se ha vuelto esencial, no solo para aplicar medidas de resiliencia, sino también para abordar los desafíos desde todos los ángulos. Nuestra estrategia de adaptación climática se ha enriquecido enormemente gracias a los conocimientos aportados por Zurich Resilience Solutions.”

A medida que los riesgos climáticos se intensifican, el enfoque proactivo de Madrid y sus sólidas alianzas ofrecen un modelo a seguir para otras ciudades del mundo. Trabajando juntos, podemos crear entornos urbanos más seguros y resilientes.

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